, Contexto Económico-Social

Crisis sistemica

BARBIE

 

En un sistema capitalista, la organización de la sociedad se realiza desde un punto de vista económico, en el que todo es una mercancía susceptible de compra y venta. La maximización de beneficios es la lógica racional de la economía capitalista, y su consecuencia es el crecimiento económico, que provoca una tendencia a crecer de todas las fuerzas productivas.

El mercado es la institución dentro de la cual se produce la actividad económica, y éste da lugar al ciclo económico, compuesto de periodos de crecimiento separados por periodos de crisis, generados por desajustes entre oferta y demanda. La consecuencia de estos ciclos es la tendencia monopolista del capitalismo, que crea empresas dominantes, que al crecer, tienen la necesidad de expandirse fuera de las fronteras de los mercados nacionales. En el pasado, los estados nacionales han regulado sus mercados mediante leyes económicas, protegiendo a sus empresas de estas incursiones externas.

En este contexto, resulta fundamental el aumento continuado de la productividad, lo que históricamente, se ha conseguido gracias a la introducción de tecnología en el proceso productivo, así como mediante la organización del trabajo. Con el Fordismo y la cadena de producción, se genera una producción masiva, que requiere de un consumo masivo. En este sistema, los trabajadores no han de dejar de trabajar y de comprar, para lo cual deben disponer de un salario suficiente, y de un puesto de trabajo para toda la vida. Al mismo tiempo, gastos como la sanidad o la educación, son asumidos por el estado, el cual además, a través de políticas fiscales, adopta un papel activo en la economía, haciendo frente a los periodos de crisis mediante la generación de demanda.

A esto se ha denominado Estado de Bienestar, que surgió vinculado a un mercado nacional, motivo por el cual actualmente está en juego. En un mercado global, los estados nacionales carecen de la capacidad de regulación suficiente. La ausencia de un orden económico único para el mercado mundial, da pie a la especulación, que se lleva a cabo en la economía financiera, y genera grandes desigualdades. Este desorden favorece a las empresas multinacionales, que aprovechando las diferencias existentes entre los países, se convierten en los principales agentes activos del mercado, buscando únicamente la maximización de sus beneficios.

Resulta necesario restaurar el orden, mediante una regulación global, establecida por un organismo supranacional, pero los estados aún se resisten a ceder capacidad de decisión, constituyendo el principal obstáculo al desarrollo de la globalización. No se trata sólo de los líderes, sino que los propios ciudadanos no estamos dispuestos a retroceder y defendemos al estado, convencidos de que de esta forma conservaremos nuestro nivel de vida. Sin embargo, con el mercado globalizado, los estados nación pierden paulatinamente su poder, hasta el punto de que pueden ser incapaces de mantener el bienestar de los ciudadanos, lo que de hecho ya se está produciendo con los recortes de los gobiernos en prestaciones sociales.

La recesión económica ha hecho aflorar una crisis sistémica, con dimensión económica, ecológica, social, política y de valores. Mediante un enfoque puramente económico, no será posible resolverla, ya que la economía administra recursos escasos y tangibles, pero no funciona con lo abundante e intangible.

Nos encontramos además, con multitud de trabas e instrumentos públicos anticuados, que dificultan el progreso, lo que tiene mucho que ver con la conservación del poder. Parece por tanto que poco podemos esperar de las grandes empresas e instituciones políticas, como precursoras del cambio, por lo que solo una ciudadanía consciente y comprometida será capaz de hacer frente y resolver los problemas a los que nos enfrentamos.

Son muchas las personas que así lo creen. Una de ellas es Juan José Goñi, autor de «El cambio son personas: La dirección de los procesos de cambio«, y de «Mentefactura. El cambio del modelo productivo«, quien confía para lograrlo, en el poder de los mecanismos de interacción humana. Concretamente apuesta por un futuro en el que la innovación social, partiendo de la observación de demandas sociales, produzca una transformación los modos de intercambio de valor entre individuos o grupos, hacia un modelo en el que todas las partes ganen.

Como experto en medir y evaluar la capacidad de cambio en organizaciones, considera fundamental una correcta gestión del conocimiento, por ser éste, un ingrediente fundamental para que la innovación pueda surgir. Para ello, es necesario generar confianza entre personas, lo que producirá un adecuado flujo de conocimiento entre ellas. Sin embargo, nos encontramos habitualmente con muros, como lo son las estructuras excesivamente departamentadas o modelos de gestión autocrática, que constituyen auténticos frenos para la innovación.

Mediante un correcto diseño de estos intercambios, es posible  maximizar los intereses de todos los agentes, incrementando el valor social global, como producto de los seis capitales siguientes: confianza, recursos económicos, conocimiento, bienestar (salud, seguridad, educación, ocio), diversidad cultural, y medio ambiente.

La iniciativa Escuela de Diseño Social, promovida conjuntamente por la asociación para la promoción de la tecnología social APTES, y la Fundación Novia Salcedo, convencida de que la educación resulta clave en todo esto, pretende dotar a quienes están concienciados de que es necesario un cambio, de herramientas útiles, para que cada uno en su ámbito, actúe con unas premisas más humanas, donde no todo sea la rentabilidad económica.

En este sentido, el Diseño Social, propone una nueva ética de los negocios, una ética del valor, en la cual la diferencia entre lo que cada uno aporta y lo que percibe que recibe, sea igual a cero, como base para el correcto funcionamiento de un colectivo.

_ REFERENCIAS:

  • Escuela de diseño social: http://www.escueladisenosocial.org/
  • APTES: http://www.tecnologiasocial.org/
  • Fundación Novia Salcedo: http://www.noviasalcedo.es/
  • El cambio son Personas: Ladirección de los procesos de cambio. Juan José Goñi Zabala. Editorial Diaz de Santos 1999  ISBN 9788479783983
  • Mentefactura. El cambio del modelo productivo. Juan José Goñi Zabala. Editorial Diaz de Santos 2012  ISBN 9788499690797

_ IMAGEN: Barbie (reprise). Por Tracheotomy Bob (CC BY 4.0)

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